Alabama | Jueves 28 de abril de 2011 AP | El Universal
Los gobernadores de Alabama, Mississippi y Georgia declararon la emergencia en partes de sus estados, afectados por múltiples tormentas
Decenas de tornados generados por un poderoso meteoro aniquilaron pueblos enteros en una ancha franja del sur y mataron a por lo menos 200 personas. Las autoridades dijeron el jueves que preveían un aumento del número de víctimas.
La agencia de emergencias de Alabama dijo que la cifra de muertes confirmadas aumentó a 131, a las que se sumaron 32 en Mississippi, 15 en Tennesee, 13 en Georgia, ocho en Virginia y una en Kentucky.
La oficina de pronósticos meteorológicos en Norman, Oklahoma, dijo que recibió 137 reportes de tornados de las distintas regiones el miércoles por la noche.
El meteorólogo Dave Imy dijo que la cifra de muertos era la más alta desde 1974, cuando murieron 315 personas.
En Alabama, donde un millón de personas carecían de corriente eléctrica, el gobernador Robert Bentley dijo que 2.000 efectivos de la Guardia Nacional ayudaban a buscar a los desaparecidos. Elogió al servicio meteorológico por alertar a la gente, pero dijo que no es mucho lo que se puede hacer frente a un tornado de una milla (1.600 metros) de ancho.
''Uno no puede prepararse frente a un F5'', la categoría más alta de la escala que mide la intensidad del viento, añadió.
Una de las zonas más afectadas fue Tuscaloosa, con más de 83 mil habitantes y sede de la Universidad de Alabama. La policía y los servicios de emergencia fueron arrasados, dijo el alcalde Walter Maddox, 15 personas murieron y un centenar estaban hospitalizadas en un solo centro médico.
Un tornado gigantesco, captado por la cámara de un noticiero en una torre, atravesó la ciudad el miércoles por la tarde y la arrasó.
Al anochecer, la ciudad estaba a oscuras. Los caminos eran intransitables. Los comercios eran irreconocibles, las sirenas ululaban constantemente y las calles y aceras estaban cubiertas de escombros.
La franja de destrucción se extendió de Texas a Nueva York, donde decenas de caminos quedaron inundados.
Los gobernadores de Alabama, Mississippi y Georgia declararon la emergencia en partes de sus estados.
El presidente Barack Obama dijo que habló con Bentley y aprobó su pedido de ayuda federal de emergencia con efectivos de búsqueda y rescate.
''Expresamos nuestro profundo pesar a los afectados por esta destrucción y destacamos los esfuerzos heroicos de los que han estado trabajando incansablemente para responder a este desastre'', dijo Obama en un comunicado.
jfra
Decenas de tornados generados por un poderoso meteoro aniquilaron pueblos enteros en una ancha franja del sur y mataron a por lo menos 200 personas. Las autoridades dijeron el jueves que preveían un aumento del número de víctimas.
La agencia de emergencias de Alabama dijo que la cifra de muertes confirmadas aumentó a 131, a las que se sumaron 32 en Mississippi, 15 en Tennesee, 13 en Georgia, ocho en Virginia y una en Kentucky.
La oficina de pronósticos meteorológicos en Norman, Oklahoma, dijo que recibió 137 reportes de tornados de las distintas regiones el miércoles por la noche.
El meteorólogo Dave Imy dijo que la cifra de muertos era la más alta desde 1974, cuando murieron 315 personas.
En Alabama, donde un millón de personas carecían de corriente eléctrica, el gobernador Robert Bentley dijo que 2.000 efectivos de la Guardia Nacional ayudaban a buscar a los desaparecidos. Elogió al servicio meteorológico por alertar a la gente, pero dijo que no es mucho lo que se puede hacer frente a un tornado de una milla (1.600 metros) de ancho.
''Uno no puede prepararse frente a un F5'', la categoría más alta de la escala que mide la intensidad del viento, añadió.
Una de las zonas más afectadas fue Tuscaloosa, con más de 83 mil habitantes y sede de la Universidad de Alabama. La policía y los servicios de emergencia fueron arrasados, dijo el alcalde Walter Maddox, 15 personas murieron y un centenar estaban hospitalizadas en un solo centro médico.
Un tornado gigantesco, captado por la cámara de un noticiero en una torre, atravesó la ciudad el miércoles por la tarde y la arrasó.
Al anochecer, la ciudad estaba a oscuras. Los caminos eran intransitables. Los comercios eran irreconocibles, las sirenas ululaban constantemente y las calles y aceras estaban cubiertas de escombros.
La franja de destrucción se extendió de Texas a Nueva York, donde decenas de caminos quedaron inundados.
Los gobernadores de Alabama, Mississippi y Georgia declararon la emergencia en partes de sus estados.
El presidente Barack Obama dijo que habló con Bentley y aprobó su pedido de ayuda federal de emergencia con efectivos de búsqueda y rescate.
''Expresamos nuestro profundo pesar a los afectados por esta destrucción y destacamos los esfuerzos heroicos de los que han estado trabajando incansablemente para responder a este desastre'', dijo Obama en un comunicado.
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