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Publicado el 23 de noviembre 2010 - 9:32 de la mañana
Corea del Norte lanzó un ataque con obuses contra una isla de Corea del Sur y mató a dos surcoreanos, en el peor incidente en décadas que llevó a Estados Unidos a considerar a Pyongyang como una amenaza seria mientras la ONU busca apaciguar las tensiones.
Las fuerzas armadas surcoreanas se declararon en alerta roja y respondieron con 80 disparos al ataque contra la isla Yeonpyeong cerca de la disputada frontera del Mar Amarillo.
El incidente es considerado como el más grave desde la guerra de Corea de 1950-1953, que terminó con un armisticio.
El presidente surcoreano Lee Myung-Bak advirtió que "contraatacará duramente" si hay nuevas provocaciones de los norcoreanos.
El comando supremo de Corea del Norte acusó a Corea del Sur de haber disparado primero y amenazó con "seguir sin vacilar sus ataques militares si el enemigo surcoreano se atreve a invadir nuestro territorio, aunque sea en 0,001 milímetros".
El presidente estadounidense Barack Obama llamó la atención mundial sobre la gravedad del hecho pero se abstuvo de especular sobre una eventual acción militar sin dejar de reafirmar su apoyo a su aliado surcoreano.
"Queremos asegurarnos que todas las partes en la región reconozcan que esto constituye una amenaza seria y continua de la cual hay que ocuparse", señaló en en una entrevista a la cadena de televisión ABC.
Estados Unidos, que tiene 28.500 efectivos en Corea del Sur, también alentó a la comunidad internacional a que condene el bombardeo y llamó a Corea del Norte cesar sus "actos irresponsables y provocadores", según palabras de este miércoles en Pekín el emisario norteamericano para Corea del Norte, Stephen Bosworth.
Los ministros de Defensa de Seúl y Washington mantendrán estrechas consultas tendientes a dar una respuesta coordinada al ataque norcoreano, dijo el portavoz del Pentágono Geoff Morrell.
Entretanto, las fuerzas de la ONU en Corea del Sur, bajo comando estadounidense, dijeron en un comunicado haber pedido un diálogo con Pyongyang con el fin de apaciguar las tensiones.
"El comando de las fuerzas de las Naciones Unidas (UNC) ha llamado a un diálogo con los generales del Ejército Popular de Corea del Norte a través de su misión en Panmunjon, a fin de lanzar un intercambio de información y calmar la situación", según el mensaje.
De su lado el secretario general de las Naciones Ban Ki-moon solicitó compostura a ambas partes. Por ahora ningún país solicitó una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, dijeron fuentes diplomáticas.
China -el único aliado importante de Corea del Norte y puntal económico- también pidió compostura aunque sin condenar el ataque, al tiempo que bregó por la reanudación de las conversaciones de las seis naciones que procuraban desmantelar el plan nuclear de Pyongyang.
Estados Unidos y China están de acuerdo en que la "moderación debe imperar" en la península coreana, aseguró en Pekín el enviado estadounidense tras conversar con responsables chinos.
El bombardeo ocurrió poco después de la revelación de la existencia de una presunta planta de enriquecimiento de uranio en Corea del Norte, que provocó fuerte alarma en Estados Unidos y sus aliados.
También se produjo en momentos en que Corea del Norte se prepara para una eventual sucesión dinástica de Kim Jong-Il hacia su hijo menor Kim Jong-Un. La transición está alimentando la especulación sobre el destino del régimen militar y sus intenciones nucleares.
Unos 50 obuses cayeron en la isla de Yeonpyeong cerca de la tensa frontera del Mar Amarillo, destrozando docenas de casas y provocando densas columnas de humo.
Dos marineros surcoreanos murieron en el ataque, confirmó una fuente militar. Otros 15 marineros fueron heridos junto a tres civiles, agregaron los funcionarios. Desde Yeonpyeong, las fuerzas surcoreanas respondieron con 80 disparos de obuses.
"Se impuso una alerta militar Clase A por situación bélica inmediatamente luego del bombardeo", dijo un vocero militar a la AFP.
El fuego esporádico de uno y otro lado duró poco más de una hora, agregó.
Yeonpyeong está ubicada justo en el sur de la frontera declarada por la ONU luego de la guerra que culminó en 1953, pero al norte de la frontera marítima establecida por Pyongyang. El Mar Amarillo fue escenario de cruentos enfrentamientos navales en 1999, 2002 y en noviembre de 2009.
En marzo pasado, existió otro momento de altísima tensión entre ambos países, después de la muerte de 46 marinos de la corbeta surcoreana "Cheonan". Seúl acusó a Corea del Norte de haber hundido la nave con un torpedo disparado por un submarino, cosa que Pyongyang rechazó.
© ANP/AFP
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