El Sol superó la intensidad de las llamaradas que ha estado arrojando y lanzó una ráfaga clase X1.8 que comenzó a las 13:27 horas y alcanzó su punto máximo a las 13:37 horas del viernes, informó el centro de clima espacial Goddar de la agencia espacial estadounidense (NASA).
La explosión generó una tormenta de partículas y probablemente se generará una eyección de masa coronal, es decir, un desprendimiento del plasma de la corona del astro.
Modelos del Centro Goddard de la NASA predicen que las partículas están viajando a más de mil 500 kilómetros por segundo e inicialmente, no parecen estar dirigidas hacia la Tierra, pero podríamos sufrir un golpe de refilón.
Tomas del Observatorio de Dinámica Solar (SDO, por sus siglas en inglés) muestran como si no hubiera una eyección de masa erupción coronal, asociada con el evento.
Científicos aseguran que la actividad del astro es normal, debido a que tiene su periodo máximo por el cierre de su ciclo de 11 años.
La mayor alerta para la Tierra es que la radiación incide sobre todo en los satélites y los astronautas en el espacio, por lo que puede causar problemas de comunicación a los aviones en vuelos transpolares y en telecomunicaciones.
Las erupciones solar son seguidas de tres movimientos: primero se produce la radiación electromagnética, después se emiten los protones y finalmente se desprende el plasma de la superficie solar, que suele viajar de 1.6 a 3.2 millones de por hora.
Es el plasma el que causa buena parte de los problemas en Tierra, como apagones. En 1989, una tormenta solar causó un apagón masivo en Quebec.
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