En la sección del Comentario de Actualidad esta semana estamos analizando la tragedia del 11 de marzo en Japón con la ayuda de expertos y personal que participa en las labores de socorro y reconstrucción de las zonas afectadas.
Hoy vamos a hablar sobre la prevención de daños provocados por accidentes nucleares y para ello hemos recabado la opinión de Tamotsu Nomura, director ejecutivo de la Asociación de Efectos de la Radiación. Nomura también fue director del Centro de Asistencia y Capacitación de Emergencias Nucleares desde 2001 por espacio de cuatro años y medio.
Nomura nos habla del accidente ocurrido en la central nuclear Fukushima Uno y de las lecciones que debemos aprender.
El experto dice que enseguida se dio cuenta de que había ocurrido algo muy grave en la central de Fukushima cuando supo que había habido una explosión de hidrógeno en el reactor número 1 el 12 de marzo, justo un día después del terremoto y los tsunamis. Dado que se liberaron materiales radiactivos, Nomura pensó que era necesario evacuar rápidamente a los habitantes en las cercanías de la central.
El comentarista aprueba la reacción de los Gobiernos central y regional que enseguida tomaron medidas apropiadas contra la fuga radiactiva como evacuar a los residentes, desaconsejar el consumo de agua y alimentos contaminados y restringir la comercialización de productos agropecuarios con altos niveles de radiactividad.
En opinión de Nomura, gracias a las lecciones aprendidas a raíz de la catástrofe de Chernobil y del accidente ocurrido en la central nuclear de Tokai, en Japón, en 1999, las autoridades japonesas tomaron las decisiones correctas para evitar que la población corriera un riesgo grave de estar expuesta a la radiactividad.
No obstante, por lo que respecta al accidente en sí, el experto reconoce que hubo varios problemas en la respuesta inicial. Por ejemplo, en Fukushima no funcionó lo que Nomura llama "torre de control", es decir, un centro que recopile información, juzgue la situación y gestione la crisis, algo indispensable para responder a un accidente nuclear de forma integral.
Nomura dice que cualquier gabinete de gestión de crisis tiene por objetivo principal dictaminar la manera de prepararse para una catástrofe de gran magnitud que rara vez ocurre. Sin embargo, Japón no llevó a cabo los preparativos necesarios a este respecto.
Los expertos japoneses, incluido el propio Nomura, eran conscientes desde hace tiempo de la necesidad de prepararse para un posible desastre que combinara un terremoto, tsunamis y un accidente nuclear. De hecho, este inusual y complejo escenario era materia de debate de vez en cuando. Por este mismo motivo Nomura se lamenta de que no se pudiera elaborar un plan de acción específico antes de la tragedia del 11 de marzo.
El experto concluye diciendo que ahora es necesario revisar exhaustivamente las decisiones que se tomaron después del desastre y valorar qué medidas funcionaron bien y cuáles no lo hicieron, así como qué faltó por hacer. Después, añade, habrá que elaborar un plan de acción para prevenir daños ocasionados por catástrofes similares.
Hoy vamos a hablar sobre la prevención de daños provocados por accidentes nucleares y para ello hemos recabado la opinión de Tamotsu Nomura, director ejecutivo de la Asociación de Efectos de la Radiación. Nomura también fue director del Centro de Asistencia y Capacitación de Emergencias Nucleares desde 2001 por espacio de cuatro años y medio.
Nomura nos habla del accidente ocurrido en la central nuclear Fukushima Uno y de las lecciones que debemos aprender.
El experto dice que enseguida se dio cuenta de que había ocurrido algo muy grave en la central de Fukushima cuando supo que había habido una explosión de hidrógeno en el reactor número 1 el 12 de marzo, justo un día después del terremoto y los tsunamis. Dado que se liberaron materiales radiactivos, Nomura pensó que era necesario evacuar rápidamente a los habitantes en las cercanías de la central.
El comentarista aprueba la reacción de los Gobiernos central y regional que enseguida tomaron medidas apropiadas contra la fuga radiactiva como evacuar a los residentes, desaconsejar el consumo de agua y alimentos contaminados y restringir la comercialización de productos agropecuarios con altos niveles de radiactividad.
En opinión de Nomura, gracias a las lecciones aprendidas a raíz de la catástrofe de Chernobil y del accidente ocurrido en la central nuclear de Tokai, en Japón, en 1999, las autoridades japonesas tomaron las decisiones correctas para evitar que la población corriera un riesgo grave de estar expuesta a la radiactividad.
No obstante, por lo que respecta al accidente en sí, el experto reconoce que hubo varios problemas en la respuesta inicial. Por ejemplo, en Fukushima no funcionó lo que Nomura llama "torre de control", es decir, un centro que recopile información, juzgue la situación y gestione la crisis, algo indispensable para responder a un accidente nuclear de forma integral.
Nomura dice que cualquier gabinete de gestión de crisis tiene por objetivo principal dictaminar la manera de prepararse para una catástrofe de gran magnitud que rara vez ocurre. Sin embargo, Japón no llevó a cabo los preparativos necesarios a este respecto.
Los expertos japoneses, incluido el propio Nomura, eran conscientes desde hace tiempo de la necesidad de prepararse para un posible desastre que combinara un terremoto, tsunamis y un accidente nuclear. De hecho, este inusual y complejo escenario era materia de debate de vez en cuando. Por este mismo motivo Nomura se lamenta de que no se pudiera elaborar un plan de acción específico antes de la tragedia del 11 de marzo.
El experto concluye diciendo que ahora es necesario revisar exhaustivamente las decisiones que se tomaron después del desastre y valorar qué medidas funcionaron bien y cuáles no lo hicieron, así como qué faltó por hacer. Después, añade, habrá que elaborar un plan de acción para prevenir daños ocasionados por catástrofes similares.
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