protección civil

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viernes, 10 de junio de 2011

El estado psicológico de los evacuados por Tsunami de 11 de Marzo 2011

NHK RADIO JAPON

En el comentario de hoy vamos a hablar del estado psicológico de las personas que llevan semanas viviendo en centros de evacuación como consecuencia del terremoto y los tsunamis del 11 de marzo y del accidente nuclear de la central Fukushima. Precisamente este sábado se cumplen tres meses desde la tragedia.

Una de las poblaciones afectadas es Minamisoma, situada en la prefectura de Fukushima, dentro de la zona de exclusión fijada por el Gobierno japonés que cubre un radio de 20 kilómetros en torno a la central nuclear y otros puntos aislados más alejados.

Un equipo médico del Hospital Universitario de Nagasaki ha visitado los refugios de Minamisoma y áreas adyacentes para analizar los efectos psicológicos de la catástrofe sobre la población. Hirohisa Kinoshita, del Departamento de Neuropsiquiatría del hospital de Nagasaki nos explica el estado en que se encuentran los evacuados y los problemas pendientes de solución.

El experto empieza diciendo que, casi tres meses después de la tragedia, hay gente que ya no piensa demasiado en lo que supone haber perdido su casa por el tsunami. Sin embargo, aquellos cuyas viviendas resistieron el terremoto y el tsunami se sienten molestos por no tener libertad para visitarlas a su antojo.

Según el comentarista, el mayor sufrimiento de los evacuados proviene de la radiación, una amenaza que podría impedirles vivir en la zona incluso después de que se solucione el problema en la central nuclear.

En cuanto al perfil de los evacuados en Minamisoma, el experto dice que en los refugios que visitó la mayoría de las personas eran ancianos. Los niños han sido trasladados a otras zonas debido al peligro potencial de la radiación. Muchos están con parientes en otras prefecturas o en refugios también fuera de Fukushima.

Otro punto que llamó la atención del experto es la enorme carga de estrés del personal hospitalario y de los funcionarios gubernamentales que atienden a los evacuados, ya que ellos también son víctimas de la catástrofe. Son personas que tienen que contener su pesar, por lo que, en su opinión, deberían recibir algún tipo de ayuda psicológica.

El consejo del comentarista para todas aquellas personas que todavía deberán permanecer mucho tiempo en esta situación es mantenerse en contacto con sus amigos y fortalecer los lazos comunitarios que habían constituido antes de la tragedia.

A Hirohisa Kinoshita le preocupa en particular la posibilidad de que una larga estancia en los refugios dé lugar a problemas tales como depresión, demencia senil o alcoholismo, ya que las personas están aisladas y sienten angustia cuando piensan en el futuro.

El experto concluye diciendo que la atención que ahora se dedica a las zonas afectadas, debería mantenerse el tiempo necesario para que los evacuados reciban ayuda hasta que puedan llevar una vida igual a la de antes la catástrofe, ya sea dentro de 5, 10 o 15 años.

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